Todos hemos oído la frase «Dios ha muerto» que ha servido para justificar el relativismo moral de una parte de la sociedad, cuando es una reflexión sobre la ciencia y como esta puede ocupar el lugar de Dios, de una reflexión sobre la verdad y del caos y la soledad que embargaría al hombre sin Dios.
¿Qué verdad tenía la gente del mercado en el parágrafo 125? Que “Dios ha muerto”. La creencia de que ahora existirá la “sombra de Dios” como verdad es la garantía de que el hombre empiece a acumular verdad tras verdad y empiece a considerar un tipo de conocimiento. La verdad, como relación experimental, de que hay algo de lo que no podemos dudar es la ciencia. El mayor suceso posterior a la “muerte de Dios” fue la ciencia. *
Parágrafo 125. DIOS HA MUERTO
El loco.
¿No oísteis de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida, gritando sin cesar: ¡busco a Dios!?
Como estaban presentes muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron risa.
¿Se te ha extraviado? -decía uno-.
¿Se ha perdido como un niño? -preguntaba otro-.
¿Se ha escondido?, ¿tiene miedo de nosotros?, ¿se ha embarcado?, ¿ha emigrado?
Y a estas preguntas acompañaban risas en el coro.
El loco se encaró con ellos y, clavándoles la mirada, exclamó:
«¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir.
Le hemos matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos.
Pero ¿Cómo hemos podido hacerlo?
¿Cómo pudimos vaciar el mar?
¿Quién nos dio la esponja para borrar el horizonte?
¿Qué hemos hecho después de desprender a la tierra de la caverna de su sol?
¿Dónde la conducen ahora sus movimientos?
¿Ahora la llevan los nuestros?
¿Es que caemos sin cesar?
¿Vamos hacia adelante, hacia atrás, hacia algún lado, erramos en todas direcciones?
¿Hay todavía un arriba y un abajo?
¿Flotamos en una nada infinita?
¿Nos persigue el vacío con su aliento?
¿No sentimos frio?
¿No veis de continuo acercarse la noche, cada vez más cerrada?
¿Necesitamos encender las linternas antes del mediodía?
¿No oís el rumor de sepultureros que entierran a Dios?
¿No percibimos aún nada de la descomposición divina?…
Los dioses también se descomponen.
¡Dios ha muerto!
¡Dios permanece muerto!
¡Y nosotros le dimos muerte!
¿Cómo consolarnos, nosotros asesinos entre asesinos?
Lo más sagrado, lo más poderoso que había hasta ahora en el mundo ha teñido con su sangre nuestro cuchillo.
¿Quién borrará esa mancha de sangre?
¿Qué agua servirá para purificarnos?
¿Qué expiaciones, qué ceremonias sagradas tendremos que inventar?
La grandeza de este acto, ¿no es demasiado grande para nosotros?
¿Tendremos que convertirnos en dioses o al menos que parecer dignos de los dioses?
Jamás hubo acción más grandiosa, y los que nazcan después de nosotros pertenecerán, a causa de ella, a una historia más elevada que lo fue nunca historia alguna».
Al llegar a este punto, calló el loco y volvió a mirar a sus oyentes; también ellos callaron, mirándole con asombre.
Luego tiró al suelo la linterna, de modo que se apagó y se hizo pedazos.
«Vine demasiado pronto -dijo él entonces-; mi tiempo no ha llegado.
Ese acontecimiento inmenso está todavía en camino, viene andando; más aún no ha llegado a los oídos de los hombres.
Han menester tiempo el relámpago y el trueno, la luz de los astros ha menester tiempo; lo han menester los actos, hasta después de realizados, para ser vistos y entendidos.
Ese acto está todavía más lejos de los hombres que la estrella más lejana.
¡Y, sin embargo, ellos lo han ejecutado!».
Se añade que el loco penetró el mismo día en muchas iglesias y entonó su Requiem aeternam Deo.
Expulsado y preguntado por qué hacía, contestaba siempre lo mismo: «¿De qué sirven estas iglesias, si no son los sepulcros y los monumentos de Dios?».
Federico Nietzsche | La gaya ciencia | 1882
Recomendamos a los interesados el síguete video: https://www.youtube.com/watch?v=QXC0ytoMQ6E&t=1s
* *Los interesados en profundizar en este tema pueden consultar http://www.scielo.org.co/pdf/ef/n59/0121-3628-ef-59-00139.pdf de donde hemos sacado el comentario *
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